domingo, 8 de octubre de 2017

In principio

IN PRINCIPIUM ERAT VERBUM

Decía Guigue anteriormente: "El mayor producto que hemos creado, sin embargo, no lo hicimos en el Siglo XXI, sino en un remoto pasado del que ya hemos perdido memoria: es el lenguaje. Nada nos distingue mejor como especie animal que esa capacidad para expresar nuestros sentimientos y pensamientos, que el lenguaje hablado, después el escrito,"

Si esto es tan cierto como creo que es, parece que últimamente vamos de lado, cuando no para atrás.

Sólo hace falta ver los mensajes que envían nuestros propios ex-compañeros al wassap*. Gente con la que hemos convivido una parte apreciable de nuestros ya bastantes años. Gente que asistió a las mismas clases de Castellano, Ortografía (incluso Caligrafía... ¿se acuerdan de los cuadernos de doble raya, las lapiceras y los secantes?); y con la que compartimos y departimos más o menos coherentemente en castellano... o casi.

Y sin embargo constato tristemente que sigue la agresión injustificada, consuetudinaria y casi normalizada al castellano (me resisto a usar bullying). Y lo peor es que lo hacen inconscientemente. Así hablan (hablamos). Así pensamos.

A mi me da vergüenza cuando se me desliza un error ortográfico. Pero claro, la vergüenza está tan demodé ultimamente... Es que ahora todo es relativo, todo es lo mismo. Ya lo decía Discépolo del siglo pasado, y no hizo sino empeorar.

Pero aparte del traumatismo óculo-testicular que me producen los horrores ortográficos de algún chats al que pertenezco (¡y algunos de los miembros son médicos o abogados!), más me preocupa la perversión semántica que percibo en el día a día: Las palabras parecen tener hoy otro sentido que cuando yo las aprendí. Tal vez, más terrorífico aún, ahora significan otra cosa.

Cualquiera es "maestro" o "profesor" (incluso "Doctor"). Los "honorables diputados" aparte de un oximoron, un ejercicio de cinismo que raya lo superlativo. Los "distinguidos colegas" o peor todavía "apreciado coreligionario". Y no me meto en política porque esto se prolongaría demasiado.

Al final se dice una cosa, y se piensa (¿se piensa?) otra. Se trata de acomodar la realidad a lo políticamente correcto, sin cambiar un ápice la realidad. Como decían por ahí "ahora, en los Estados Unidos no hay más negros. Son Afroamericanos. Siguen siendo apaleados, tiroteados, discriminados y marginados, pero ya no son más negros".

¿Será que realmente creen que usando "tod@s" se va a terminar la desigualdad? ¿que nos vamos a tratar mejor?¿que un tarado va a dejar de golpear a una mujer por esto?. Si creen esto, entonces el problema es muy grande, saliendo de lo naive para entrar en lo patológico. Y si no lo ceen, entonces son unos cínicos HDP, y no me asombraría que sea su sistema para cobrar sin trabajar, lo que sospecho, es un delito.

El idioma, como un destornillador, es una herramienta; y bien usada, resuelve (o podría hacerlo) nuestros problemas de comunicación y entendimiento. Por el otro lado, conozco algunos casos de gente que fué asaltada por motochorros que portaban un gran destornillador al que la habían afilado la punta.

Es que nuestra capacidad para fastidiarla no tiene límites. Pero se meten con el idioma. MI idioma. Y eso me cabrea.

Calculo que todo empezó cuando algún imbécil (o disléxico, que también son criaturas de Dios), se preguntó a santo de qué la "p" en Septiembe, total casi nadie la pronuncia... y desde ahí, para abajo.

Así que hoy tenemos "Ke hcs?", donde no sólo se abstienen de las vocales, sino también del signo de inicio de interrogación.

Y para colmo (aunque no sé si es cierto), me comentaron que le dan el Nobel de literatura a Pablo Coelho... y eso, me parece, ya es demasiado


3 comentarios:

  1. Comparto plenamente. Sobre todo el Reflejo Óculo-Testicular y la hipocresía, políticamente correcta - lamentable -. Pero la sola mención de P.C. en este sagrado Blog (no te digo luego la transnochada hipótesis de que gane algún tipo de premio, más no sea de su parroquia), es inhumana, execrable y repugnante.

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  2. Soy un optimista nato... Yo creo que la culpa es de la tecnología y no de los "blogueros", "uatsaperos" y de más tribus internáuticas. La verdad es que nunca se ha escrito tanto como en el comienzo del siglo XXI. Pero la gente en realidad no quiere escribir, quiere hablar. Y así escribe... como habla. O debiera decir ¿"como abla"?

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  3. Y me excuso ante vosotros por las dos o tres faltas de ortografía de mi texto. Es que la furia ciega y la bronca deja tuerto...

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