viernes, 1 de diciembre de 2017

Hace un buen rato que ninguno de nosotros cumple con el autoimpuesto compromiso (tal vez un poco menos que esto), de escribir unas líneas para este dignísimo grupo (¿conjunto, agrupación, congregación, corro, peña, reunión, clan, camarilla?), pero es que entre la falta de tiempo, los compromisos y la pereza...

En fin, y por otro lado, releyendo las “Patentes de Corso” de Don Arturo Pérez-Reverte, a quien considero lo mejor de la lengua castellana de estos tiempos (y de otros), me he encontrado con esta columna, a la que si cambiamos “España” por “Paraguay”, nos pinta de cuerpo entero.

Además él lo dice mejor y mucho más simpático (y si lo imaginamos “en gallego“, mucho más).

Un cura, un guardia, unos ministros

En un solo día he vivido tres situaciones aparentemente inconexas entre sí, pero cuya consideración hace pensar que tal vez no lo sean tanto. Me refiero a lo de inconexas. Una de ellas se produjo en misa, pero tranquilícense: no es que me haya caído del caballo y visto la luz. Al menos, de momento. Se trata de la misa que, en el convento de las Trinitarias de Madrid, la Real Academia Española celebra cada año, por tradición secular, en memoria del buen don Miguel de Cervantes y los académicos fallecidos ese año. Tocaba éste, con mucha tristeza por nuestra parte, recordar a Antonio Mingote y a José Luis Sampedro, y allí fuimos los compañeros, conscientes de las paradojas de la vida: una misa por el bondadoso y escéptico Mingote y, caso todavía más insólito, por el republicanísimo y ateo Sampedro.

Pero la vida tiene esas piruetas y algunas otras. Una, por ejemplo, fue el Evangelio leído por un sacerdote durante el oficio, en una versión puesta al día que nos hizo mirarnos unos a otros con estupor. Se trataba de la parábola de los siervos y las minas, o talentos; y el páter, en un patético intento por actualizar la cosa, y sin reparar mucho en la resabiada audiencia que ese día tenía en plan feligrés, no habló de talentos o minas —el evangelista Lucas utiliza el término griego mina, cien dracmas áticas o denarios, que no era mucho dinero— sino de millones, nada menos. El señor repartió a sus siervos tantos millones, dijo. O leyó. «Muy oportuno y actual», se choteó por lo bajini Luis Mateo Díez, que estaba cerca de mí. «Y luego se extrañan de perder clientela», apuntó con frialdad científica José Manuel Sánchez Ron.

La otra situación se dio más tarde, en los complicados semáforos de la plaza de Colón; cuando, en un momento de confuso tráfico y embotellamiento, pasé deliberadamente un semáforo en rojo, despacio, para facilitar el paso a los que venían detrás y situarme en el semáforo siguiente, tres metros más allá y a la izquierda. La maniobra fue advertida por un policía municipal que, exasperado, intentaba organizar lo imposible. Yo llevaba la ventanilla abierta, así que cuando pasé a su lado pude escuchar con toda claridad su «¿Qué pasa? ¿No has visto el semáforo, o qué?», dicho con unos malos modos y un desabrimiento inadmisibles en agentes de la autoridad municipal; quienes, hasta para multar por la más descarada infracción, deberían dirigirse siempre a cualquier ciudadano tocándose la visera, con el debido respeto y con personal decoro. Añado a esto que el agente de mi semáforo, sin duda porque estaba pasando mal rato con el tráfico, llevaba la ropa en desorden, el cuello despechugado, la gorra echada para atrás y necesitaba un afeitado urgente. Así que, decidido a pagar las multas que hicieran falta, pero no a tolerar groserías, detuve el coche y respondí: «Tiene usted razón, pero ¿por qué me tutea?». Pasó al usted en el acto, tuvo los reflejos de responder: «No oigo lo que me dice, señor», y me ordenó que siguiera adelante y no me quedara allí.

Por la noche, al llegar a casa, puse un rato la tele y me vi frente a la tercera situación: un par de ministros retorciendo de manera abyecta la lengua española, de la que parecían ignorar los más elementales recursos —ministros del Gobierno de España, insisto—, para enumerar, sin que se les notara mucho lo siniestro, nuevos expolios, exacciones y vilezas. Para justificar una vez más su incompetencia, sus medias verdades, sus promesas incumplidas, los embustes encadenados con que disimulan su parálisis unos gobernantes enrocados en los privilegios de su puerca casta, sin el menor ánimo de renovación o cambio real; una dictadura fiscal gobernada por una pantalla de plasma, cuya única baza para mantenerse en el poder es la que le regala, sin mérito y por la cara, la inexistencia de una oposición eficaz o al menos respetable; la mediocre estupidez de una clase política que en su mayor parte, sin distinción de siglas, es egoísta, inculta, grosera. Pero ojo. Todo eso lo es en sintonía con el ambiente general de esta España en la que trincan y medran. Con lo que pide la peña en este lugar indecoroso donde los policías tutean en los semáforos, los políticos ignoran la sintaxis, y los curas torpes, olvidando que sin distancia no hay mito que sobreviva, convierten los talentos en millones y las arcas de la parábola en bancos con cajero automático.

Y en manos de unos y otros, en este infame compadreo que no pretende igualdad de oportunidades para que todos lleguen a donde merezcan llegar, sino rebajarlo todo al triste nivel de los más zafios y tarugos, nos vamos despacio, inexorablemente, a la mismísima mierda.
Arturo Pérez-Reverte. 26 de mayo de 2013.

domingo, 15 de octubre de 2017

One World

Primer Desembarco de Colón en América (Wikipedia)
Desde ese momento Martín Alonso toma el peso de la aventura. Cambia el rumbo - ahora Este-Sudeste - para evitar la corriente contraria del golfo a pesar de la protesta del Almirante a quien "pareció no hacía esto Martín Alonso por la isla de Cipango". El 10, el descontento de los tripulantes de la Santa María degenera en franco motín ("aquí la gente ya no lo podía sufrir; quejábanse del largo viaje", dice el Diario), pero Martín Alonso amenaza "ajusticiar a los sublevados" y toma la delantera resueltamente con la Pinta. Finalmente a las dos de la mañana del 12 de octubre el marinero Juan Rodríquez Bermejo, natural de Triana junto a Sevilla, que estaba en la cofa de la Pinta, puede distinguir en la noche iluminada por la Luna en cuarto creciente el contorno de una isla. Un disparo de lombarda ordenado por Pinzón avisa a los otros buques; amainan las velas y esperan el día. Esta vez la tierra avistada en la noche no desvanece. [Historia Argentina, J.M. Rosa, Vol 1, pag 62-63, Ed. Oriente, 1988]

Lo que sobrevino después de aquella dramática noche lo conocemos. Treinta y cinco países distribuídos en un área de más de 40 Mkm2. Uno de ellos, líder mundial desde hace 100 años.  Los otros, recorriendo una historia con altos y bajos, con guerras y alianzas, desconfianzas y traiciones.  Del otro lado de la Mar Océano los cambios también fueron enormes: el pequeño país peninsular ibérico, que recién había conseguido vencer a su último enemigo, se convierte en potencia mundial por tres siglos. Sin moverse de España, que aún no existía con ese nombre, muchos españoles, empezando por la Corona, se convierten en exitosos indianos , afortunados miembros de una rica burguesía.  El oro metálico de las Américas, se transformará en supremo arte iluminado por Cervantes, Quevedo y Lope de Vega. Los británicos, más pragmáticos, plasmaron en su cria americana le herencia de la cultura y tradición protestante y cuando el imperio español decayó, se tornaron líderes para pasarle la posta a su hijo dilecto de las Américas.

Pero para que todo esto ocurriera, hubo gentes que perdieron sus tradiciones, esclavizados algunos, humillados los más, murieron uno a uno y dejaron un legado anónimo y olvidado en muchos casos.  Los pueblos aborígenes, o, como quiere el puritanismo del siglo XXI, originarios, practicamente han desaparecido si debemos juzgar por sus estilos, conocimientos, culturas, precolombinas.  Sus descendientes, mezclados con gringos europeos, ya no recuerdan el pasado de sus ancestros 500 años atrás.

Y sin embargo... allí estań algunos grupos que resisten y reclaman un lugar que hace, por lo menos, 100 años han perdido. No quiero detenerme aquí sobre la juticia del reclamo. Supongo que algunos son corectos. Pero veo también una histeria colectiva que pretende al mismo tiempo: 1) convencernos del mito del "buen aborigen" , 2) fundamentar una suerte de nacionalismo étnico. 

El cacique tehuelche "Patoruzú".
Por medio de (1) se quiere hacernos entender que las sociedades precolombinas eran justas, y vivían en armonía con el medio ambiente, próximo al Paraíso perdido , América estaba libre de pecados y pasiones.  Pero la verdad es que conocemos bastante poco de la mayoría de aquellos buenos aborígenes. Y de los pocos que sabemos un poco más, no nos impresiona lo humanos que fueron.  Nos impresiona la leyenda dorada que se ha creado. Por ejemplo, los mayas han sido y suelen ser todavía, descriptos como un pueblo pacífico.  Lamentablemente para los crédulos de esta leyenda, la historia revela un pasado de guerras continuas entre diferentes ciudades: Tikal y Calakmul agotaron sus recursos en una extenuante guerra que duró décadas. Tampoco las evidencias de armonía con el medio ambiente son muy convincentes. Por el contrario hay prubeas de que más de una vez los mayas padecieron su propio éxito y limitada tecnología: la sociedad crecía más de lo que podíam abastecer; agotadas las fuentes de recursos naturales, simplemente abandonaban el lugar en busca de sitios todavía no explotados. Detrás de sí dejaban vestigios fastuosos de piedra que terminaban engullidos por la selva pero que resistieron el paso del tiempo hasta nuestros días.

El punto 2) es tal vez más peligroso. Resulta difícil hoy en día justificar esta suerte de pureza de la raza que pretende crear una sociedad separada de las demás. Me pregunto primero si es que los mapuches que hoy en día queman camiones en el sur de Chile y Argentina y dicen querer fundar una República Mapuche, van a abandonar las ventajas que la sociedad del siglo XXI les da y retornar a la  Era de Piedra en la  que sus añorados ancestros vivían cuando llegaron los genocidas conquistadores. Las limpiezas étnicas en las guerras sececionistas de la antigua Yugoslavia, los campos de concentración nazi, los pogroms zaristas, la Inquisición católica, ¿no se justificaron también en la misma búsqueda de pureza, segregación basada en raza o religión? ¿Por qué este nacionalismo étnico mapuche es correcto y no así el discurso nazi de la raza aria? Al final de cuentas, qué es ser mapuche, o maya, o europeo? ¿Hay algún gen que nos identifique? Si se trata de una construcción social, ¿no es posible vivir en buenas relaciones con los otros que son distintos?

La Tierra desde la Luna: A pale blue dot. 
Y sin embargo este discurso parece florecer al inicio del Tercer Milenio. Sunnitas y chiitas entablan una guerra inclemente y la desparraman por todo el mundo. Más pacíficos, los catalanes tuercen la historia de su país para lanzar un mensaje de compasión: Ayúdennos, nos están orprimiendo hace 1000 años!   Y un porteñito vestido de poncho y con vincha, acusa al Estado argentino de ser  huinca mientras no se avergüenza en decir: "Antes de ser mapuche, sho era anarquista". Faltó agregar "copado man...!"

Paradojas de la historia, cuando más comunicados estamos, parece que menos nos entendemos.


domingo, 8 de octubre de 2017

In principio

IN PRINCIPIUM ERAT VERBUM

Decía Guigue anteriormente: "El mayor producto que hemos creado, sin embargo, no lo hicimos en el Siglo XXI, sino en un remoto pasado del que ya hemos perdido memoria: es el lenguaje. Nada nos distingue mejor como especie animal que esa capacidad para expresar nuestros sentimientos y pensamientos, que el lenguaje hablado, después el escrito,"

Si esto es tan cierto como creo que es, parece que últimamente vamos de lado, cuando no para atrás.

Sólo hace falta ver los mensajes que envían nuestros propios ex-compañeros al wassap*. Gente con la que hemos convivido una parte apreciable de nuestros ya bastantes años. Gente que asistió a las mismas clases de Castellano, Ortografía (incluso Caligrafía... ¿se acuerdan de los cuadernos de doble raya, las lapiceras y los secantes?); y con la que compartimos y departimos más o menos coherentemente en castellano... o casi.

Y sin embargo constato tristemente que sigue la agresión injustificada, consuetudinaria y casi normalizada al castellano (me resisto a usar bullying). Y lo peor es que lo hacen inconscientemente. Así hablan (hablamos). Así pensamos.

A mi me da vergüenza cuando se me desliza un error ortográfico. Pero claro, la vergüenza está tan demodé ultimamente... Es que ahora todo es relativo, todo es lo mismo. Ya lo decía Discépolo del siglo pasado, y no hizo sino empeorar.

Pero aparte del traumatismo óculo-testicular que me producen los horrores ortográficos de algún chats al que pertenezco (¡y algunos de los miembros son médicos o abogados!), más me preocupa la perversión semántica que percibo en el día a día: Las palabras parecen tener hoy otro sentido que cuando yo las aprendí. Tal vez, más terrorífico aún, ahora significan otra cosa.

Cualquiera es "maestro" o "profesor" (incluso "Doctor"). Los "honorables diputados" aparte de un oximoron, un ejercicio de cinismo que raya lo superlativo. Los "distinguidos colegas" o peor todavía "apreciado coreligionario". Y no me meto en política porque esto se prolongaría demasiado.

Al final se dice una cosa, y se piensa (¿se piensa?) otra. Se trata de acomodar la realidad a lo políticamente correcto, sin cambiar un ápice la realidad. Como decían por ahí "ahora, en los Estados Unidos no hay más negros. Son Afroamericanos. Siguen siendo apaleados, tiroteados, discriminados y marginados, pero ya no son más negros".

¿Será que realmente creen que usando "tod@s" se va a terminar la desigualdad? ¿que nos vamos a tratar mejor?¿que un tarado va a dejar de golpear a una mujer por esto?. Si creen esto, entonces el problema es muy grande, saliendo de lo naive para entrar en lo patológico. Y si no lo ceen, entonces son unos cínicos HDP, y no me asombraría que sea su sistema para cobrar sin trabajar, lo que sospecho, es un delito.

El idioma, como un destornillador, es una herramienta; y bien usada, resuelve (o podría hacerlo) nuestros problemas de comunicación y entendimiento. Por el otro lado, conozco algunos casos de gente que fué asaltada por motochorros que portaban un gran destornillador al que la habían afilado la punta.

Es que nuestra capacidad para fastidiarla no tiene límites. Pero se meten con el idioma. MI idioma. Y eso me cabrea.

Calculo que todo empezó cuando algún imbécil (o disléxico, que también son criaturas de Dios), se preguntó a santo de qué la "p" en Septiembe, total casi nadie la pronuncia... y desde ahí, para abajo.

Así que hoy tenemos "Ke hcs?", donde no sólo se abstienen de las vocales, sino también del signo de inicio de interrogación.

Y para colmo (aunque no sé si es cierto), me comentaron que le dan el Nobel de literatura a Pablo Coelho... y eso, me parece, ya es demasiado


lunes, 25 de septiembre de 2017

INTRODUCIR TIEMPO. INTRODUCIR TECNOLOGIA.

Clara y prístina argumentación - como nos tiene malacostumbrados Guilermo - sobre la manía innata y obligada del Homo Sapiens Sapiens de aplicar lo que sus sinapsis pergeñan, a medida que estas se van desenredando o multiplicando inclusive, como se ha descubierto últimamente.  Desde luego, con referencia a mi Homo Sapiens Tecnológicus no se arroga nunca el derecho de ser el único que aplicó tecnología, cuando la vemos expuesta de manera tan sucinta y bien resumida, a lo largo de la historia, todo dentro de la mayor o menor lucidez que otorgan los tiempos... como bien lo logra Guigue en Homotekhno.  El Homo Sapiens Tecnologicus DEPENDE de la tecnología como ningún otro hombre a lo largo de la historia. Es de este Infinitivo del que debemos recelar. Dependencia no física, pero si Social, Mental, Profesional...  Como ejemplo práctico, digamos que el Homo Technologicus, nunca encendería fuego con dos vidrios de reloj, como lo haría Robinson Crusoe, por ejemplo - sobre todo porque los vidrios de reloj se hallan perimidos y condenados al DESVÁN tecnológico. Me hubiera gustado muchísimo decir, encerrados en Enciclopedias de la Humanidad o su Tecnología... pero las Enciclopedias murieron todas... lamentable signo del empobrecimiento del conocimiento popular... total, está Wikipedia... -. Lo que me aterra, es la perspectiva de CORDÓN UMBILICAL tecnológico... no precisamente llevando nutrientes al bebé y las excretas a la madre... sino llevando la IDENTIDAD del hombre, su CONOCIMIENTO y su ESTAR EN EL MUNDO, su función de engranaje, motor o rueda.... Y la deriva de estas cavilaciones no resultan en nada favorable al hombre desnaturalizado; o mejor dicho, naturalmente tecnologizado, llevado y llegado a un punto sin retorno y sin contesto aparente.  Surgen entonces oscuros nubarrones en esta aséptica y lógica evolución  del pensamiento y del existir, sobre todo si dejamos que la naturalidad de la evolución se agriete y deje entrar a la MANIPULACIÓN de ese cordón umbilical, antiguo teléfono o minitel o computadora que ocupaba piezas enteras... hoy día imponiendo una evolución hacia la NANOTECNOLOGÍA, multiplicando los gigas de memoria, la velocidad de los procesadores, inversamente proporcional a su tamaño.  Es decir, más pequeño, más potente, más preciso y  más difícil de descubrir... La rendija de la MANIPULACIÓN - aunque arriesgando algún cacofónico resquemor, podríamos hasta osar llamar... NANIPULACIÓN -, abriría tal panoplia de posibilidades y escenarios, por efecto de todos nuestros reflejos paranoides...en tanto que hombres pretendidamente libres y llenos de recursos...Es asi que el próximo escenario de la evolución que no para, requerirá de los esfuerzos de los hombres LÚCIDOS, esfuerzos por mantener el conocimiento y la opinión propia... no inducidos ni modulados por tal o cual poder...Y creo que allí está el desafío... porque comparto plenamente la hipótesis de Cosmos y Decadence... de hecho no somos capaces de crear nada nuevo, ni en el Cine... últimamente lleno de Remakes...  se imaginan entonces por qué no hay ninguna escuela del pensamiento nueva... nos quedamos con J.P.Sartre... o por qué seguimos pendulando en la teoria Económica, entre los dos polos... o simplemente sin ir más lejos, como se hallan reciclando las ideas Ultranacionalistas... y eso sin entrar en el fundamentalismo terrorista... Aparentemente es más divertido estar posteando entre los grupos de Facebook y Wasap, antes que preocuparse por nimiedades como, adonde nos lleva la Tecnología o su ADICCIÓN, me animaría a aventurar, visto el grado de dependencia....No nos queda más que esperar a encontrarnos con Jules Verne, a la vuelta de la esquina Tecnológica - vamos, diganme si no creen que el viaja en el tiempo...-, y elegir nuestro grado de tecnología, donde queramos vivir... pensando por nosotros mismos, con las comodidades suficientes y sin una Tecnología angurrienta e incapacitante...¡Mi Dios, qué perspectiva para el turismo del Um...!

domingo, 24 de septiembre de 2017

Homotekhno

Gerardo hace bien en traer esta cuestión sobre el hombre actual y su dependencia con la tecnología.  Ese fue el origen de la discusión que creó al Um y al Pug, aunque él ya no lo quiera recordar. El homotekhno lo voy a llamar yo, de acuerdo a la versión griega de la palabra.  No hace falta indicar el significado del prefijo homo, sin embargo me detengo en tekhno que tiene un origen en la palabra tejido. Tejido como un producto de la capacidad humana de hacer cosas, aunque, porque no pensarlo también como la capacidad humana de entrelazar cosastekhno es también arte en griego y allí es donde el Diablo se esconde, porque de arte se deprende  artificial.



En fin, que el homo sapiens sapiens fue siempre um homotekhno. El mayor producto que hemos creado, sin embargo, no lo hicimos en el Siglo XXI, sino en un remoto pasado del que ya hemos perdido memoria: es el lenguaje. Nada nos distingue mejor como especie animal que esa capacidad para expresar nuestros sentimientos y pensamientos, que el lenguaje hablado, después el escrito, donde incluyo lo que ahora llamamos Arte,  o sea la pintura, la escultura, la poesía, la música, la dramaturgia. Todo eso es arte o, en griego antiguo, tekhno. Me dirán que el lenguaje fue un producto de la evolución del cerebro humano y no una búsqueda conciente. No estoy seguro, es sólo ver que un niño alejado de la sociedad que no aprende a hablar hasta los 6 o 7 años, nunca más lo conseguirá, para darnos cuenta de que el lenguaje, diferente de comer o caminar, es parte de un aprendizaje que debe comenzar incluso antes de nacer.

Obviamente que eso nos coloca en un stress  permanente entre lo que era y los que será. Ray Bradbury fue un claro ejemplo de las preocupaciones de un adulto criado en las granjas de comienzos del Siglo XX enfrentado a los avances arrolladores de los años '60. Franheit 451 refleja sus miedos frente a la llegada de la TV, ubicua y vacía de contenido en una sociedad que privilegia el estar y sentirse bien a las preocupaciones filosóficas.  ¿Y sin embargo, es más vacío, superficial este hombre del siglo XXI que aquel granjero de inicios del XX? ¿Es más artificial?

Respondo que no a la primera pregunta.  No creo que el hombre actual, en promedio, sea más o menos superficial que su antecesor 100 años antes.

¿Y la segunda pregunta? Puedo responder sin vergüenza que sí, es más artificial, porque es más tecnológico.  Pero eso lo hace menos homo?  Y ahí doy un rotundo no. El hombre ha de seguir siendo hombre en cuanto siga creando nuevas artes y tecnologías, como lo hizo desde el inicio de sus pasos en esta Tierra.  Kubrik inmortalizó esta idea en aquel simio que usa un hueso como arma e impone sus necesidades sobre otros.  Jean-Jacques Annaud lo describió de una forma más poética en su Guerre du Feu, una pareja (¿Adán y Eva?) que enfrentan miedos y se encuentran en el amor, a favor de su comunidad, para traerles el fuego original. El palo, la piedra, la ceniza, la familia, la comunidad.

Después vino la agricultura, e imponerse a las bacterias de los cereales, nada natural en el hombre. La selección artificial de animales y plantas para nuestro provecho.  La rueda, el pan, las bebidas alcohólicas, el bronce, las ciudades, los imperios, las pirámides,  los jeroglíficos, los alfabetos, los politeístas, los números, el cero, la clepsidra, pi, la raíz cuadrada, la moneda, los monoteístas, los números irracionales, la tierra esférica, la astrología, las atronomía, la fílosofía natural, los epiciclos, la medicina, la palanca,  el tornillo, Sócrates, Platón, Aristóteles, el reloj de arena, la Politeia,  Ptolomeo, Nihil Roma Maius, el Derecho, la República, el calendario juliano, los acueductos, los bárbaros, los monasterios, el Papa, la imprenta, Copérnico, América, el calendario gregoriano, Galileo, Descartes, Newton, el cometa Halley, el cálculo, el reloj de péndulo, Kant, la máquina de vapor, el barco a vapor, Maltus, la electricidad, el telescopio, los satélites de Júpiter, los nuevos planetas, las galaxias, el magnetismo, la revolución industrial, Adam Smith, la selección natural, los fósiles, el electromagnetismo, el tren a vapor, Karl Marx, las ondas de radio, los impresionistas, la lámpara eléctrica, el reloj eléctrico, el globo aerostático, el mas-pesado-que-el-aire, los cohetes de Goddard, la Bolsa de Comercio, el automóvil, el tren eléctrico, la radio, la TV, los cohetes, la bomba atómica,el reloj de cuarzo,  Internet, la Web, Facebook, el gps, Blogspot y este humilde ejercicio optimista sobre la civilización.

Michel Onfray cree que el hombre se ha artificializado tanto que perdió su naturaleza humana, que hay una decadencia y que necesariamente habrá un porvenir diferente más sabio (la trilogía: Cosmos, Decadence, Sagesse). Tal vez tenga razón, pero en ese momento no seremos más homo sapiens sapiens u homotekhno. Nos habremos convertido en el Um.

miércoles, 20 de septiembre de 2017

IN HOC SIGNO... VINCES?

Eran tan simples y sencillos aquellos heroicos episodios de Civilización (sic) que se introducían en nuestra formación, haciendo de la co-creación una verdadera aventura, llena de batallas y románticos entuertos, a la luz vacilante aún del intelecto que se instala.....el íntimo santuario de los lectores, sobre todo, con la mente fértil y esperanzada del Colegio...  Romanos y Bárbaros...moros y cristianos... Cruzados y Otomanos...  ocupando varios capítulos de libros de historia; enfrascados en las más horribles acciones bélicas, casi siempre en nombre de las más sublimes excusas religiosas...  Buenos contra malos; fieles contra infieles... La fé contra la blasfemia...Blanco contra negro... Encendido y Apagado.... Si, asimismo y de la misma manera casi imperceptible;  meliflua, seductora... brotó el código Binario, la programación, los sistemas de computación y una sarta de nuevas profesiones y especialidades, más intelectuales que físicas, pariendo lenguajes antes que llaves inglesas; operadores y analistas de sistemas, antes que maquinistas y herreros, hojeando otra página de la evolución.... 
La humanidad había profundizado el concepto de Civilización, dejando de lado penosas Barbaries con predominio de brutalidades realizadas personalmente y a puro pulmón,
uno mismo ante el Dios; y en los más diversos y hostiles escenarios; dependientes de la mayor o menor fuerza y furia de tropas apenas formadas y aturdidas por ecos patrioteros y estrofas heroicas; catatónica carne de cañón; máquina de guerra dependiente de si misma; apenas contenida por sus jefes naturales, jerarquía obligatoria; con obediencias debidas justificando bajezas y ensañamientos indebidos. Autosuficiente.  Muy rápidamente, la Guerra, que apareció siempre como un Bálsamo Reivindicador para el  hombre; tocando el fondo inmoral de la barbarie autodestructiva, carga genética de crueldad, violencia y odio; como para que desde alli, en fondo inmundo de los instintos y sentimientos más perversos; la humanidad reaccione sublevando sus valores más elevados y altruístas, haciendo el contraste necesario como para arrancar el Feedback natural; manual de bajezas permitidas, junto con las más diversas justificaciones,aunque  engendrando una especie de RESET diríamos hoy día, una especie de Catarsis Purificadora, une Mélange de valores y defectos, de sentimientos y actitudes econtradas, buscando la reacción, el polo opuesto del amor, convivencia pacífica, progreso y crecimiento. Redimiendo a la especie. Muy pronto la guerra empezó - como ocurrió con todos los inventos y el progreso  industrial de los siglos XIX y XX; en los que fué a menudo la guerra la que aceleró los descubrimientos -, a llenarse de encendidos y apagados difíciles de sobrellevar para los protagonistas.transformando profundamente su manera de luchar, de planear, de sobrellevar y, Dios lo quiera, de sobrevivir a las mismas.
Es asi que contemporáneamente, la TECNOLOGÍA es la que engloba y digiere todas las actividades, empeños, proezas y éxitos de la especie humana. El Homo Sapiens Tecnológicus eclosionó y se quedó, intentando surfear entre la vida cotidiana, las aplicaciones ad hoc; el Stress, la Economía Mundial y los concursos de belleza. La pregunta - urgente - es entonces cual es el mecanismo o método que nos permita no perder el control, ante tamaña influencia que ocupa la Tecnología en nuestra vida particular y social... y de la que tanto dependemos - esto sobre todo en los países donde no hay cortes de luz, tan  a menudo - . Es el momento de reivindicar el Sapiens de la especie, momento que se alarga tanto como en cuanto se acentúan las dudas y el escepticismo sobre la función específica de la Tecnología: ¿es un medio, un instrumento nada más... o el fin último y verdadero? En estos aciagos interludios de Huracanes y Terremotos; inundaciones y sequías seguidas por voraces incendios; signos dolorosos de la desnaturalización del Hábitat, deberíamos procurar no dejarnos llevar por la comodidad tecnológica e intentar por lo menos mantener la lucidez. Ya no es tan sencillo discernir entre buenos y malos, negros y blancos - por favor, manténgase políticamente correcto -; amigos y enemigos. Sobre todo cuando las guerras se hallan limitadas a la interacción de Drones, Exoesqueletos y Satélites; cada vez más precisas, en tiempo y en espacio; aunque con el daño colateral que subsiste...   bueno, dependiendo del humor de algún dictadorcillo de cuarta, con acceso a armas nucleares, como está visto que abundan hacia la península de Corea; como antes había hacia el Mediterráneo y hacia medio oriente.

sábado, 16 de septiembre de 2017

Psicosis Fundamental

Psicosis Fundamental Psicosis Elemental , era como, decíamos,  iríamos a llamar a nuestra obra de teatro. La obra que iríamos a escribir los tres miembros de la Academia Talpidae,  y que no nos detendría la distancia (yo ya me había mudado a Buenos Aires).  La obra que iría a relatar las neurosis que asolan nuestros días, y que se basaría en los tres libros fundamentales del siglo XX: La Naranja MecánicaFarenheit 451 y Mundo Feliz.

La obra ni siquiera salió de la discusión sobre el nombre, si debía ser elemental o fundamental. Pero la Academia sigue creyendo firmemente que este mundo, ahora del Siglo XXI, está enfermo. Las nuevas neurosis incluyen desde el lenguaje Políticamente Correcto (y correcta ya que estamos...) hasta los fantasmas apocalípticos que estaban presentes en la obra original, aunque debidamente actualizados.

Yo me dediqué a estos últimos  en infinitas páginas en la red. Por ejemplo esta , donde me declaro des-creyente (más que un escéptico) del Cambio Climático en su versión estándard. Que  políticamente incorrecto!! El Siglo XXII se va a reir de nosotros.  Lo cierto es que la Red parece haber disparado las teorías conspirativas, los próximos apocalípsis y las, finalmente, pos-verdades,  palabra incomprensible para mí porque si no entiendo que tienen de pos mucho menos qué de verdades

Así que hoy en día, más que una obra de teatro, deberíamos escribir una enciclopedia con una lista inmensa  de neurosis, de locas teorías de conspiración internacional,  y todavía, de eruditas versiones del fin del mundo. 

Por suerte, una mayoría silenciosa continua su vida sabiendo que de eso se trata, apenas de continuar viviendo. De nada tenemos garantía, excepto de la propia muerte, que nos garantiza que ahora estamos vivos. Siempre fue así y así será. 

Apocalyose Not.


  

sábado, 2 de septiembre de 2017

A este lugar Sagrado...

A este lugar Sagrado...

¿Se acuerdan del versito escrito en una (o todas) las puertas de los baños del patio grande del colegio?

A este lugar sagrado, donde acude tanta gente
hace esfuerzos hasta el más cobarde, y se caga hasta el más valiente

Desde hace unos días, cuando nos pusimos de acuerdo en el wassap (ya sé que no se escribe así, pero debería) se me han ido ocurriendo varios asuntos que poner a vuestra consideración... y la mayoría de estas epifanías, en ese momento trascendental en que uno se ocupa de sus asuntos y de los grandes temas mundiales, desde la comodidad del trono.

De hecho, la cuestión esta de escribir cada uno algo semanal, viene de la misma fuente "escatológica".

No sé a Uds., pero me resulta bastante peculiar el hecho de que en ese momento y lugar se me ocurran un montón de cosas (como ésta) y que los pensamientos vayan y vengan como de entrecasa sin orden ni concierto, pasando de las últimas locuras del coreano del norte al fixture del campeonato de rugby, saltando del uso correcto del punto y coma (que creo que iba donde puse la última coma) a preguntarme si ya le dí de comer a los gatos.

En fin, que hay tantos temas y tan poco tiempo. Y escribir, como la mayoría de las cosas importantes, requiere atención y dedicación... y ejercicio, que lo que no se usa, se atrofia.

Así que aquí estoy, sacándole el polvo al teclado, esperando poder compartir con Uds. algunos buenos momentos, algunos momentos inteligentes (hasta donde alcance), y otros de reflexión. Me gustaría pensar que en algún momento del futuro cercano podamos sentirnos medianamente orgullosos de lo que aquí se consigne.

Pero volviendo al inicio de este asunto... ¿por qué allí, en esas circunstancias, mi cerebro parece liberarse de ciertas ataduras y planea aquí y allá, resaltando uno u otro tema, al azar?. Lastimosamente me faltan datos estadísticos sobre la correlación entre los temas que van surgiendo y las características de mi... digamos le estadía en el trono.

¿Son los asuntos elevados a mi atención más alegres o de carácter más ligero si el resultado de mi empeño es más fluido y menos esforzado? ¿Son más sombríos cuando "la cosa está dura"?. Carezco del rigor científico para establecer las relaciones de causa y efecto.

Así es que los dejo libres como el viento (que recoge mi lamento y mi pesar); y eso me lleva a lugares interesantes.

No niego que alrededor de un tercio de las veces el enojo, la rabia, la furia y la total seguridad de la decadencia de nuestra sociedad, amén de la certeza del fin de la civilización, se me hacen patentes, como cuando pienso en los fulanos que estacionan sobre la vereda, los cuidacoches, los que "se suben y se bajan por los colectivos" y en general, todos los políticos de la fauna nacional.

Y aquí se cierra el círculo.

¿Será que los políticos también se ponen a pensar en estas circunstancias? (reflexiones de inodoro, sería)...

Eso explicaría las ideas de m... que tienen.

Saludos